22 de febrero de 2011

ESPAÑA ¿RACISTA?. Vergüenza debería daros...


El jugador del Fútbol Club Barcelona, Dani Alves, denuncia lo que es ya una - vergonzosa -  costumbre en estadios españoles. "Convivo con el racismo en todos los partidos, pero no me siento ofendido aunque los aficionados me insultan y me llaman mono". Así de cruda fue la confesión del lateral derecho del Barça, Alves al diario brasilenio Folha de Sao Paulo en una entrevista en Paris donde el jugador está concentrado con la Verdeamarella para el amistoso de este miércoles ante Francia.
El brasileño fue el único que hasta aquí, se animó a decirlo públicamente, aunque la xenofobia es - en especial sudamericanos o "sudacas"- es moneda corriente en estadios españoles. Un flagelo que data de mucho tiempo y que se fue incrementando en los últimos años con la cada vez mayor afluencia de jugadores no españoles a la Liga más cara del mundo. 
Alves se quejó, además, de que el racismo en España ya es "incontrolable" y que según él, no va a acabar "nunca", a pesar de que tanto los clubes como la liga española intenten hacer "alguna cosa" para erradicarlo de los terrenos de juego. "Sufrí mucho racismo en España, repitió- Al principio me chocaba bastante, pero ahora no le doy importancia", agregó el internacional brasileño. 
Si bien Alves esta acostumbrado a esta clase de insultos, lo que más le apena y preocupa es la tristeza que siente su familia cuando también le toca escucharlos. 
Ahora bien, no sólo los sudacas tienen el privilegio de ser discriminados. El también extranjero (camerunés) y también de raza negra Samuel Etoo fue depositario de un rosario de vilipendios que tenían como razón de ser el color de su piel. Fue en 2006 en el estadio de La Romareda, casa del equipo, donde tras recibir los mencionados insultos, se plantó con el ya famoso "me voy, no juego más". Así logró en su momento llegar hasta la legislación Europea, que pidió a la UEFA y a las Federaciones que "consideren la posibilidad de imponer sanciones deportivas a las Ligas nacionales y los clubes cuyos seguidores o jugadores incurran en insultos racistas graves, incluida la posibilidad de expulsar de sus competiciones a los reincidentes"Sin embargo los clubes deportivos no dedican el suficiente tiempo y dinero a este tema. En 2008, la Federación inglesa vetó el estadio Santiago Bernabéu de Real Madrid por "miedo a que se produjeran episodios de racismo", antes de un España-Inglaterra. Los dirigentes ingleses argumentaron que Ashley Cole y Shaun Wright-Phillips (ambos de raza negra) fueron objeto de insultos racistas la última vez que Inglaterra había jugado allí, en el 2004.
También fue pública la actuación del técnico español Luis Aragonés en el lamentable episodio con José Antonio Reyes, en el que se refería al color de la piel de Thierry Henry para motivar al jugador. Aragonés fue tachado de racista y tuvo que pedir perdón públicamente por ese gesto.
Días después, fue el ex técnico de la selección francesa Raymond Domenech el que denunció que los aficionados españoles dedicaron cánticos racistas a los jugadores galos antes del España-Francia de la Eurocopa de 2006. El técnico francés aseguró que, a la llegada del autobús al estadio, "había aficionados realizando sonidos y gestos de mono".
Suma y sigue:
En Zaragoza, José Luis Chilavert sufrió discriminación por parte de la misma afición maña. Cada vez que saltaba al campo, recuerda el guardameta paraguayo, le llamaban "sudaca". El colombiano Freddy Rincón, que llegó al Madrid en 1995, también lo sufrió en sus propias carnes. Tras los malos resultados del equipo se encontró con pintadas en el Bernabéu que decían "fuera, negro de mierda".
No sólo en el fútbol ha sido el ámbito para dar rienda suelta al fascista que muchos involucionados cretinos llevan dentro, no señor. El piloto de Fórmula 1, perteneciente a la escudería McLaren, Lewis Hamilton, sufrió actitudes racistas por parte de algunos aficionados congregados en el circuito catalán de Montmeló. Estos episodios dieron la vuelta al mundo y obligaron al propio circuito tomar medidas extraordinarias para que no se volvieran a repetir. Además, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) preparó varias campañas contra el racismo en España. Sin embargo, tantos esfuerzos no sirvieron de mucho, ya que un año después el británico volvió a ser increpado y abucheado en Montmeló.


 

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