14 de julio de 2010

QUISE SER ESPAÑOL POR UN DIA….

España aun no duerme y sigue borracha de felicidad tras la conquista de la Copa del Mundo en Sudáfrica. Millones de personas saltaron de frente a la pantalla a sus calles, sus plazas, sus fuentes; vestidos de rojo estricto, olvidando los amasijos de asuntos internos sin resolver y de los regionalismos. Los gallegos festejaron (y aun festejan) el haber alcanzado la cima del futbol desde el momento en que el árbitro ingles Howard Webb -de impecable labor- marco el final ante Holanda.
Pasaron más de 72 horas del estallido colorado en el Soccer City de Johannesburgo, de los festejos de los jugadores, del abrazo de todo el plantel, de la Reina Sofía a los besos en el vestuario, de las fotos y la coronación… de todo eso, déjenme que elija como elemento más movilizador los testimonios de los muchos anónimos españoles quienes frente a la cámara, hicieron alarde del maravilloso oficio ad honorem de ser hincha de un equipo ganador. Desde diferentes puntos de la Península Ibérica, caras desfiguradas de alegría, desfilaron por distintas cadenas de televisión del mundo, aun incrédulos de este maravilloso momento que les toca vivir. Emociono ver tanta emoción que no sin cierta dificultad, los gallegos desde Finisterre a las islas o como dicen los españoles: “el total de la piel de toro extendida” en referencia a la forma que la península ibérica tiene en el mapa intentaban explicar. Era un sentimiento nuevo para ellos. No habían sido campeones de la Copa del Mundo, no tenían este registro.

A mí me hubiera gustado ser español por un día… o dos. Como ciudadano de un país que vive el futbol con pasión ilimitada, y además tiene un campeonato del mundo (o dos), se lo que se siente y lo que pasa por el corazón, la cabeza, la piel.

Mi equipo no salió campeón (nada más lejos) y aprovecho la distancia para plantear; ¿Por qué se disfruta la gloria de un equipo con buenas artes y buen comportamiento? ¿Por qué nos sentimos satisfechos que la copa haya sido levantada por un caballero como Vicente del Bosque, un técnico humilde y correcto, que valora el fair play y trabajo -con éxito- para asentar tanto los resultados como las formas? “Quiero felicitar a mis jugadores no solo por haber ganado sino por la forma en que lo hicieron” dijo en medio de una muchedumbre loca que se pellizcaba el brazo para asegurarse que no era otra vez el hecho de estarlo soñando.

Digo, ¿Es que acaso, si España no hubiera jugado bien o hubiera ganado con trampas, gualichos, suertes, patadas, o provocaciones Materazzi´s style, valdría lo mismo? ¿Es lo mismo ganar así que ganar asa?, ¿Tendrá razón Maquiavelo con lo del fin justificando los medios?¿Hay “Justicia divina” en el futbol?. Lo cierto es que el Míster Del Bosque demostró que se puede ser campeón sin necesidad de atajos… Ultima pregunta; ¿Sera solo por haber querido salir a festejar con mi gente que hubiera querido ser español por un día?

3 comentarios:

Cintron dijo...

Yo creo que al ver tantas personas tan euforicas no cabe de otra que querer sentir lo mismo - pero ultimadamente - todo sabemos que lo que querias es estar de party en party en Essshhhpaña! Ole! :)

Douglas dijo...

Que grande Cherquis, me gusta.

Anónimo dijo...

Comparto su punto de vista.

Saludos
Martin Olveira