Castigo divino para el Málaga.

Parece que la onda es que quienes se vayan a enfrentar a los megaequipos Barcelona o Real Madrid, lo hagan con suplentes porque "Total, los puntos ya están perdidos"... Uno de ellos es el Málaga. Cuando un equipo toma esta estrategia sabe (esperamos que lo sepa) está decepcionando a sus hinchas (y al fútbol en general) porque no está dando lo mejor de sí -escondiendo a sus titulares para guardarlos para los partidos donde considere que tenga alguna chance de ganar- sino que está especulando. Alguien podrá decir "prefiero esto para después ganar cuando sea necesario". Se implica así, pues, que el Real Madrid o el Barça siempre le ganará a los más pequeños. Una sobreestimación y la negación de uno de los elementos más preciados del fútbol: nunca se sabe el resultado, no hay certezas al respecto. Todo esto va en contra del show, del hincha y del fútbol y el Málaga lo hizo ¿y que pasó? Se comieron siete goles contra Real Madrid a mitad de semana pasada . ¡Siete! . Un resultado duro, humillante y que si se tratara del resultado contra otro rival que no fuera el Real Madrid, era cabeza rodada la del técnico. Pero no fue así. Málaga, perdió por goleada en ese partido donde su técnico, el ingeniero Manuel Pellegrini, puso en el césped del estadio Bernabéu un equipo con pocos titulares porque prefirió prepararse con todo para el partido del domingo ante Osasuna, partido importante en la lucha por permanecer en primera. El fin justificaba los medios aunque se haya ninguneado a los hinchas, ("forofos" como dicen los españoles) que con esfuerzo llegaron a Madrid sin saber que hacían un viaje inútil. Real Madrid era, claro, en los papeles un rival difícil, casi imposible…si Málaga tenía una pequeña luz de esperanza para llevarse algo del Bernabéu, esa esperanza se hizo añicos desde el mismo momento que Pellegrini eligió a los 11 que saltaron a la cancha, casi todos suplentes. Nadie pide que Málaga le ganara al Madrid, pero si que lo peleara y no dar por perdidos los 3 puntos antes de jugarlos. Al final, en el encuentro posterior con el Osasuna, en un partido de riesgo y donde sí, estaban todos los titulares, perdieron los malagueños. El tiro por la culata