Raúl es un eterno goleador a quien el tiempo le pasa de costado en materia de olfato, intuición, oportunismo y futbolísticos. Sus cualidades están intactas atemporales y perennes (aún a pesar del radical cambio de color de camiseta).
Raúl González Blanco, o simplemente Raúl a secas sigue dejando su sello y su marca. Ayer cuando su equipo Shalke 04 de la Bundesliga no podía frente al Eintract Frankfurt y la cosa se complicaba, su picardia permitió destrabar el partido. Raul, minucioso y vivo, se quedó detrás del arquero Ralph Fehrmann que no tuvo peor idea que soltar el balón en el campo para
'sacar...estaba en juego, claro' y el oportuno goleador le quitó la pelota, forzó la falta del arquero que terminó en penal y el gol de Shalke. Si bien esta vez no lo convirtió, el eterno 7 de 33 años, sí lo busco, lo fabricó y como corresponde, se lleva todo el crédito. Lo mismo que sus 228 goles con el Real Madrid o los 12 que ya lleva convertidos en el Shalke sin contabilizar los 44 con la selección española en 17 años de carrera que pasan y no parecen cambiar a este rebelde del área, ajeno a los escándalos, temible goleador que pasea su grito de gol por el mundo. Bien por Raúl que sigue imponiendo su marca registrada y que ¡atención! podría tener que ir al Bernabeu y jugar contra la camiseta que amó siempre. Y si bien esa es otra historia, les aseguro que así enfrente esté la merengue, Raul saltará a la cancha con el mismo hambre de gol, aunque claro, si se le da de convertir , esta vez no podra gritarlo.
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